En Bogotá se cuenta sobre un espanto al que se le da el
nombre de la mano peluda o mano negra, circulan distintas teorías sobre su
origen “unos expresan que la mano peluda, es una metamorfosis de individuos que
han hecho pacto macabro con el diablo” (López, 2008, p80). No se puede negar
que personas desesperadas recurren a este tipo de acuerdos ya sea para resolver
un problema o por ambición, sin embargo no se tiene conocimiento del paradero
de sus almas.
López nos habla de otro supuesto origen, en donde se dice
que la mano peluda es la forma tangible de espíritus malignos, los cuales vagan
en cementerios y lugares de reposo acaparando la atención de las almas en pena
para otorgarles un pacífico descanso, es por ello que sepúltelos y gente que
frecuenta estos lugares suelen sentir un frío desgarrador y oír lamentos de los
ya no vivos (2008, pag 80). La mano peluda en este caso hace alusión a la
muerte misma, y sus víctimas al verla se atemorizan, gritan, lloran y hasta se
paralizan.
La espeluznante apariencia de la mano peluda es quizá lo
más aterrador, “Es muy velluda y con uñas largas y puntiagudas. Se presenta en
noches oscuras solitarias y se mueve por las paredes de las piezas y por las
ventanas” (Ocampo, 2001, P 142), además su tamaño es mucho más grande en
comparación con la de un humano corriente, aunque esto puede cambiar
dependiendo de la situación en la que se encuentre y el espacio por donde esta quiera
pasar, logrando así adentrarse en los hogares y atemorizar principalmente a los
niños.
La historia de la mano peluda ha sido la fuente de
inspiración de muchos autores para escribir historias sobre esta, como en el
libro leyendas de horror del autor Guillermo Murray, donde se relata una
historia que se desarrolla en la calle de Merino, y que como Murray menciona,
se busca crear mala fama a los usureros y ventajosos, tal vez algo de la
historia sea cierto ya que apareció en las primeras páginas del periódico de la
época. (2004, pag 28).
En conclusión la leyenda de “La mano negra” ha sido
utilizada para varios fines, que van desde crear o respaldar aún más la mala
reputación de alguien o asustar a los pequeños para que no hagan cosas
indebidas. Sea como sea es una leyenda que ronda en diferentes países y que
quizá algo verídico tiene, no podemos asegurar o negar su existencia, pero lo
que si podemos hacer es evitar visitar cementerios a altas horas de la noche.
Referencias:
·
López, A. 2008, Mitos y leyendas de Bogotá
(primera edición), Bogotá, D, C. Editorial educativa kingkolor, S.A, pag 80
·
Ocampo, J. 2001, Mitos y leyendas de
Antioquia la grande (primera edición), Bogotá D.C. Editorial 4 x 4 editores
Ltda, pag 142
·
Murray, G. 2004, Leyendas de horror (edición
reservada), México D.F. Editorial selector S.A, pag 28
No hay comentarios:
Publicar un comentario